"La Rosa de Jericó"
Durante milenios ha sido utilizada por chamanes y brujos por sus grandes propiedades mágicas, y más tarde se ganó un lugar en los laboratorios de los alquimistas. La Rosa de Jericó absorbe y se alimenta de todo tipo de energías del lugar donde se encuentra, especialmente de las negativas, transformándolas en positivas.
También se la conoce con el nombre de doradilla o planta de la resurrección.
Entre los usos mágicos que le han dado las distintas culturas, destacan la propiedad de bendecir y proteger casas y atraer la suerte, el dinero y la fortuna a los negocios. Los practicantes del vudú también la utilizan para atraer dinero y amor. Pero los beneficios de este auténtico talismán viviente no acaban aquí: los que decidan poner una Rosa de Jericó en su vida y trabajen con ella, experimentarán mejoras en su salud, vida en pareja o matrimonial, exámenes, en el trabajo, los negocios, la prosperidad económica y en la suerte de sus vidas.
Para las culturas precolombinas también era una planta sagrada, pues se han encontrado doradillas en muchas tumbas de jefes y grandes sacerdotes.
Su uso en las artes mágicas en el continente asiático se pierde en la noche de los tiempos. En Europa se empieza a conocer en el siglo XIII. Se cree que en principio se utilizaba para adivinar el tiempo, por su gran sensibilidad a los cambios de humedad. Los magos y chamanes prestaban atención a las rosas de Jericó del desierto. Con la llegada de la humedad se abrían lentamente, pero si la lluvia era inminente, se expandían con más rapidez. En ausencia de precipitaciones o tiempo seco permanecían cerradas.
Los alquimistas y los magos antiguos la acogen en sus laboratorios, bautizándola con el nombre de “Flor Divina”. Los ocultistas franceses aseguraban que si una mujer embarazada coloca una doradilla en un vaso de agua de lluvia y se despliega con ufanía, es señal de que el parto se llevará a cabo sin mayores complicaciones.
Mantenimiento de la Rosa de Jericó
Si hemos adquirido una Rosa de Jericó por primera vez, buscaremos un cuenco, plato hondo o pecera de materiales naturales (barro cocido, madera, cristal, etc.) donde colocarla.
A los tres días, cambiaremos el agua, y a partir de esta vez puede hacerse cada dos semanas. La primera vez debe ponerse en el agua un día martes o viernes a las nueve de la mañana o tres de la tarde. Esta operación debe realizarse siempre a la misma hora, tanto la primera vez que le cambiemos el agua a los tres días, como en las veces sucesivas.
Se le suelen echar seis gotas al agua del poderoso aceite "Rosa de Jericó" cada vez que hagamos cambio de agua.
Oración:
Divina Rosa de Jericó. Por la bendición que de nuestro Señor Jesucristo recibiste, por la virtud que tú encierras y por el poder que se te concedió, ayúdame a vencer las dificultades de la vida, da paz, prosperidad, alegría, salud y felicidad a este hogar o negocio en donde tú estás, al igual que a sus moradores, protégelos de cualquier enfermedad y mal. Divina Rosa, todo esto te lo pido en virtud de todo aquello que tú encierras, por el amor de Cristo Jesús. Amen.
Si el agua se pone turbia los primeros días, es que efectivamente está ejerciendo su acción vibratoria y purificante del lugar. Es preferible que permanezca sumergida dentro del recipiente, por lo cual podemos añadir agua siempre que sea necesario. Si el agua está clara, es señal de que todo va bien.
En un "Toque Mistico" disponemos de esta maravillosa planta. Te asesoraremos para que le des un buen uso y así de esta forma obtengas buenos resultados.
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