jueves, 30 de octubre de 2025

 Día de Muertos: La magia de honrar la vida a través de la muerte”

El Día de Muertos es una de las celebraciones más emblemáticas y coloridas de México, reconocida por la UNESCO como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. Cada 1 y 2 de noviembre, las familias mexicanas se reúnen para honrar y recordar a sus seres queridos fallecidos, transformando la tristeza en una fiesta llena de amor, color y tradición.

Durante estos días, los hogares y cementerios se llenan de altares adornados con flores de cempasúchil, velas, fotografías, comida, pan de muerto y calaveritas de azúcar. Se cree que las almas regresan del más allá para convivir nuevamente con los vivos, guiadas por el aroma del copal y la luz de las velas.

Más que una conmemoración fúnebre, el Día de Muertos es una celebración de la vida, una manera profundamente mexicana de entender la muerte: no como un final, sino como una parte natural del ciclo de la existencia.


En primer lugar, es importante destacar que la conmemoración de los difuntos en México tiene sus raíces en la época precolombina, cuando se acostumbraba exhibir los cráneos y huesos de los fallecidos como trofeos que representaban la muerte y el renacimiento.

En aquel tiempo, se rendía culto a Mictecacíhuatl, la Diosa de los Muertos, y a Mictlantecuhtli, el Dios de las Sombras, quienes tenían la misión de determinar el destino de las almas en el más allá. Ambas deidades habitaban en el Mictlán, o “lugar de los muertos”, un sitio al que solo se podía acceder tras superar diversos retos y pruebas que simbolizaban el tránsito hacia la eternidad.
Para que los difuntos pudieran alcanzar el Mictlán, los vivos realizaban rituales y ceremonias que culminaban con el entierro o la cremación del cuerpo. A partir de ese momento, las almas emprendían solas su viaje hacia el inframundo, un lugar donde no existía la distinción entre cielo e infierno, sino un único destino para todos los muertos.

Con la llegada del cristianismo, muchas de estas creencias se transformaron: se introdujo el temor a la muerte y nuevas visiones del más allá. Sin embargo, los pueblos originarios no abandonaron sus antiguas tradiciones, sino que las fusionaron con las costumbres cristianas, dando origen a la celebración del Día de Muertos tal como se conoce en la actualidad.

Desde finales de octubre y hasta el 2 de noviembre, México se llena de altares, catrinas y ofrendas en las que los muertos son bienvenidos y venerados. El Día de Muertos, una de las festividades más importantes del país, tiene su origen hace más de 500 años, en la unión de tradiciones de la cultura prehispánica con la católica. En ella se celebra el retorno transitorio a la Tierra de los familiares y seres queridos fallecidos, quienes cruzan el Mictlán para estar con los mortales.



¿Qué se debe poner en un altar de Día de Muertos?
Estos son los elementos principales en un altar de Día de Muertos:
Agua
Sal
Velas y veladoras
Inscienso o copal
Flores de cempasúchil
Papel picado
Pan de muerto
Calaveritas de azúcar
Fotografía del difunto
Comida y bebidas favoritas del difunto
Objetos personales
Objetos religiosos
Una de las preguntas más comunes durante esta época es qué se debe colocar en una ofrenda de Día de Muertos. Para quienes conservan las antiguas creencias prehispánicas, el altar debe colocarse sobre una mesa orientada hacia el poniente, el lugar por donde se oculta el sol, ya que se cree que hacia ese punto se dirigen las almas al abandonar el cuerpo.
La mesa se cubre con manteles blancos que simbolizan pureza y se adorna con papel picado en tonos naranja y morado, colores que representan el duelo y la festividad. Sobre ella se colocan alimentos y bebidas que fueron del agrado del difunto, para que lo acompañen en su viaje al más allá. También se incluyen fotografías de la persona homenajeada, flores de cempasúchil —que guían su camino con su aroma y color—, y velas que iluminan su regreso al mundo de los vivos. En muchos altares se enciende además un sahumerio con copal, cuyo humo purifica el espacio y permite el encuentro entre ambos mundos.
¿Cuál es el orden de un altar de muertos?

El orden de un altar de muertos depende principalmente del número de niveles con que se construya: los más comunes son los de tres y siete niveles. Sin embargo, existe un acuerdo general en cuanto a la disposición de los elementos:
En los niveles superiores se colocan imágenes religiosas o santos, símbolos de fe y protección.
En los niveles intermedios se ubican los alimentos, bebidas, agua, sal y decoraciones que acompañan al alma durante su visita.
Finalmente, en el nivel inferior se colocan las fotografías de los difuntos a quienes se dedica la ofrenda, junto con elementos personales que los representen.

Altar de muertos de siete niveles y su significado

El altar de siete niveles es una de las representaciones más completas y simbólicas del Día de Muertos. Su estructura es el resultado de la fusión entre creencias prehispánicas y tradiciones cristianas. Por un lado, el número siete simboliza los escalones necesarios para alcanzar el cielo, según la cosmovisión cristiana; mientras que, en la tradición mexica, se relaciona con las siete de las nueve etapas del Mictlán, el camino que las almas debían recorrer para llegar al descanso eterno.
De acuerdo con el Instituto de Artes de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo, cada nivel del altar tiene un significado particular:

Primer nivel: representa la tierra y la conexión con el inframundo.
Segundo nivel: simboliza el camino que las almas deben recorrer.
Tercer nivel: corresponde al aprendizaje y las pruebas del espíritu.
Cuarto nivel: alude al descanso temporal del alma.
Quinto nivel: representa la sabiduría alcanzada en el tránsito.
Sexto nivel: marca la preparación para llegar al destino final.
Séptimo nivel: simboliza la unión con lo divino y el reencuentro espiritual.




                                                                         Mictlán.



                                                                Altar de 7 Pisos

    
                                                        Altar de 3 pisos


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