A lo
largo de la historia el hombre ha buscado ayuda en seres superiores, en
diferentes culturas podemos reconocer cierta repetición en las deidades que han
formado patrones o arquetipos religiosos. Los Dioses de la guerra, de la
fertilidad, de la salud son un buen ejemplo. El amor y la pasión han sido históricamente
de comprobado interés en cualquier cultura que haya existido, con lo que es
fácil imaginar que existen una gran cantidad de deidades asociadas. A
continuación mencionaremos brevemente algunas de ellas:
Ishtar y
Tammuz
Ishtar,
la diosa mesopotámica señora del firmamento, poderosa divinidad del amor y de
la guerra, estaba casada con Tammuz y descendió a los infiernos para rescatarlo
de la muerte. El relato sumerio del
Viaje de Inanna al infierno cuenta cómo, en el descenso de la diosa al
país de las tinieblas, cruzó una tras otra las siete puertas de los infiernos y
en cada una de ellas abandonó parte de sus adornos. Por tanto, cruzó totalmente
desnuda y sin poderes la séptima y última puerta y llegó ante la cruel
Ereskhigal, que se apoderó de ella y, tras hacerla empalar, la retuvo
prisionera. En la tierra reinaba la desolación, ya que, en ausencia de la diosa
del amor, solo quedaba tristeza y esterilidad; por ello, la asamblea de los
dioses decidió enviar a un ser capaz de resucitar a Ishtar con la comida y el
agua de la vida. Así fue como Ishtar volvió a la vida, pero tuvo que pagar su
precio: durante seis meses al año, Tammuz debía vivir en el mundo de los
muertos. Mientras estaba allí, Ishtar tenía que lamentar su pérdida y cuando en
primavera él volvía a salir, todos se llenaban de gozo.
Afrodita
Afrodita es la diosa del amor y la belleza, y se identifica
en Roma con la antigua divinidad itálica Venus. Según una tradición es hija de
Urano y según otra de Zeus y Dione. En el caso de la primera historia, el
nacimiento ocurre en el momento que Cronos (dios del tiempo) corta los
genitales de su padre Urano y los lanza al mar, de donde surge Afrodita. De ahí
que se le conozca como “la diosa nacida de las olas” o “nacida del semen de
dios”. Una vez que salió del mar, Afrodita fue llevada por los vientos Céfiros,
primero a Citera y luego a Chipre, donde las Horas la vistieron y la guiaron a
la morada de los Inmortales. Posteriormente, Platón imaginó que había una
Afrodita Urania, la diosa del amor puro e hija de Urano; y Afrodita Pandemo,
hija de Dione y diosa del amor vulgar. Sin embargo esta es una concepción filosófica
tardía. Afrodita es partícipe de un sinnúmero de leyendas. Primero, se casó con
Efesto (el divino cojo y dios del Fuego), pero estaba enamorada de Ares (dios
de la Guerra).
Eros
Eros es el dios del amor. En un principio se consideraba
nacido a la par de Gea y del Caos. También se piensa que nació del Huevo
Original engendrado por la Noche, cuyas dos mitades al romperse formaron el
cielo y la tierra respectivamente. Otras
versiones que insistían en verlo como un dios menor, y que le quitaban el
simbolismo de cohesión interna del cosmos, apuntaban que Eros era un genio
intermediario entre los hombres y los dioses, y que había nacido de Poros (el
Recurso) y Penía (la Pobreza). Se caracteriza por ser una fuerza inquieta e
insatisfecha. La tradición más aceptada y difundida establecía que era hijo de
Afrodita (diosa del amor) y de Hermes (mensajero de los dioses). Gracias a los
poetas clásicos Eros adquirió su fisonomía más conocida que es la de un niño
alado, que se divierte llevando el desasosiego a los corazones. Sin embargo, se ha descubierto que hay
diversas genealogías para este dios. A veces se le tiene por hijo de Hermes y
Artemisa, o bien de distintas Afroditas. Así habría un Amor, hijo de Hermes y
Afrodita Urania, Anteros -amor contrario o recíproco- hijo de Ares (dios de la
Guerra) y Afrodita (hija de Zeus y Dione). Otro sería hijo de Hermes y Artemisa
(hija de Zeus y Perséfone) y es este el que se identifica más con el
tradicional niño alado. Puede ser según ciertas representaciones que los
inflame con la llama del amor, o que los hiera con las flechas. Pero por más
ingenua que sea su apariencia, se adivina en el fondo al dios poderoso y
grande. Su madre le tiene muchas consideraciones y cierto temor. En ocasiones,
se le llama Amor o Amores, y su versión latina es conocida como Cupido.
Fuentes:
Bartlett,
S. La Biblia de la Mitología. Gaia.
Mitos y Leyendas. Obtenido de
http://mitosyleyendascr.com/mitologia-griega/grecia33/
Mitos y Leyendas. Obtenido de
http://mitosyleyendascr.com/mitologia-griega/grecia31/
planetasaber.com. Obtenido de
http://www.planetasaber.com/theworld/gats/seccions/cards/default.asp?pk=923&art=59
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