viernes, 6 de febrero de 2015

El Amor y sus Dioses (Parte I)


A lo largo de la historia el hombre ha buscado ayuda en seres superiores, en diferentes culturas podemos reconocer cierta repetición en las deidades que han formado patrones o arquetipos religiosos. Los Dioses de la guerra, de la fertilidad, de la salud son un buen ejemplo. El amor y la pasión han sido históricamente de comprobado interés en cualquier cultura que haya existido, con lo que es fácil imaginar que existen una gran cantidad de deidades asociadas. A continuación mencionaremos brevemente algunas de ellas:



Ishtar y Tammuz

Ishtar, la diosa mesopotámica señora del firmamento, poderosa divinidad del amor y de la guerra, estaba casada con Tammuz y descendió a los infiernos para rescatarlo de la muerte. El relato sumerio del  Viaje de Inanna al infierno  cuenta cómo, en el descenso de la diosa al país de las tinieblas, cruzó una tras otra las siete puertas de los infiernos y en cada una de ellas abandonó parte de sus adornos. Por tanto, cruzó totalmente desnuda y sin poderes la séptima y última puerta y llegó ante la cruel Ereskhigal, que se apoderó de ella y, tras hacerla empalar, la retuvo prisionera. En la tierra reinaba la desolación, ya que, en ausencia de la diosa del amor, solo quedaba tristeza y esterilidad; por ello, la asamblea de los dioses decidió enviar a un ser capaz de resucitar a Ishtar con la comida y el agua de la vida. Así fue como Ishtar volvió a la vida, pero tuvo que pagar su precio: durante seis meses al año, Tammuz debía vivir en el mundo de los muertos. Mientras estaba allí, Ishtar tenía que lamentar su pérdida y cuando en primavera él volvía a salir, todos se llenaban de gozo.



Afrodita

Afrodita es la diosa del amor y la belleza, y se identifica en Roma con la antigua divinidad itálica Venus. Según una tradición es hija de Urano y según otra de Zeus y Dione. En el caso de la primera historia, el nacimiento ocurre en el momento que Cronos (dios del tiempo) corta los genitales de su padre Urano y los lanza al mar, de donde surge Afrodita. De ahí que se le conozca como “la diosa nacida de las olas” o “nacida del semen de dios”. Una vez que salió del mar, Afrodita fue llevada por los vientos Céfiros, primero a Citera y luego a Chipre, donde las Horas la vistieron y la guiaron a la morada de los Inmortales. Posteriormente, Platón imaginó que había una Afrodita Urania, la diosa del amor puro e hija de Urano; y Afrodita Pandemo, hija de Dione y diosa del amor vulgar. Sin embargo esta es una concepción filosófica tardía. Afrodita es partícipe de un sinnúmero de leyendas. Primero, se casó con Efesto (el divino cojo y dios del Fuego), pero estaba enamorada de Ares (dios de la Guerra).



Eros


Eros es el dios del amor. En un principio se consideraba nacido a la par de Gea y del Caos. También se piensa que nació del Huevo Original engendrado por la Noche, cuyas dos mitades al romperse formaron el cielo y la tierra respectivamente.  Otras versiones que insistían en verlo como un dios menor, y que le quitaban el simbolismo de cohesión interna del cosmos, apuntaban que Eros era un genio intermediario entre los hombres y los dioses, y que había nacido de Poros (el Recurso) y Penía (la Pobreza). Se caracteriza por ser una fuerza inquieta e insatisfecha. La tradición más aceptada y difundida establecía que era hijo de Afrodita (diosa del amor) y de Hermes (mensajero de los dioses). Gracias a los poetas clásicos Eros adquirió su fisonomía más conocida que es la de un niño alado, que se divierte llevando el desasosiego a los corazones.  Sin embargo, se ha descubierto que hay diversas genealogías para este dios. A veces se le tiene por hijo de Hermes y Artemisa, o bien de distintas Afroditas. Así habría un Amor, hijo de Hermes y Afrodita Urania, Anteros -amor contrario o recíproco- hijo de Ares (dios de la Guerra) y Afrodita (hija de Zeus y Dione). Otro sería hijo de Hermes y Artemisa (hija de Zeus y Perséfone) y es este el que se identifica más con el tradicional niño alado. Puede ser según ciertas representaciones que los inflame con la llama del amor, o que los hiera con las flechas. Pero por más ingenua que sea su apariencia, se adivina en el fondo al dios poderoso y grande. Su madre le tiene muchas consideraciones y cierto temor. En ocasiones, se le llama Amor o Amores, y su versión latina es conocida como Cupido. 

Fuentes:
Bartlett, S. La Biblia de la Mitología. Gaia.
Mitos y Leyendas. Obtenido de http://mitosyleyendascr.com/mitologia-griega/grecia33/
Mitos y Leyendas. Obtenido de http://mitosyleyendascr.com/mitologia-griega/grecia31/
planetasaber.com. Obtenido de http://www.planetasaber.com/theworld/gats/seccions/cards/default.asp?pk=923&art=59


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