El término Svadhisthana significa nuestra
morada, y este centro energético es conocido como el chakra sacro, sugiriendo el sagrado carácter de esta
morada. Está situado cerca del ombligo y rige toda la región pelviana. El hueso trasero que forma parte de la pelvis
recibe el nombre de hueso sacro. Contenidos y protegidos dentro de este espacio
“sacro” están los órganos regidos por este chakra: genitales, útero, ovarios, testículos,
vejiga y riñones, cuyas funciones principales son la reproducción y la
excreción.
El desarrollo del primer chakra está
relacionado con la estabilidad, el fundamento y la confianza. El segundo chakra
tiene que ver con la concentración, desarrollando un sentido energético,
emocional y físico de uno mismo. Siendo conscientes de nuestra “sagrada morada”
nos relacionamos con el mundo exterior mediante la gracia y la armonía en vez
de la necesidad y el querer. Esto es vital para desarrollar el discernimiento y
el sentido de la contención cuando nos enfrentamos a tentaciones exteriores que
nos prometen todo pero que generalmente sirven para descentrarnos. También se
relaciona con los logros materiales, la actitud y el comportamiento de búsqueda
de poder.
La energía sexual es muy poderosa, es la
esencia creativa del universo. Aprender a dominarla y no abusar de ella es
parte del desarrollo del segundo chakra. El “centro sacro” es la fuente de la
que extraemos la efervescencia que da vida a todo lo que creamos, por ello
mediante el desarrollo de este chakra aprendemos a autocontrolarnos,
contenernos y conservar nuestra energía. Así elegimos qué energías y a quiénes
dejamos entrar en nuestro “espacio sacro” y qué energía proyectamos.
Influencia del chakra sacro en el plano
físico y emocional
El chakra sacro tiene influencia en los ovarios y los testículos,
esto hace que resulte vinculado a la emisión de una importante cantidad de
hormonas. También está relacionado con los riñones y las glándulas suprarrenales,
que segregan adrenalina. En el terreno emocional, la vibración de este chakra
colabora para la preparación del cuerpo y la mente para actuar frente a
diversos tipos de acontecimientos: amenazas, pérdidas, búsqueda de unión, etc.
Cuando
el segundo chakra está equilibrado, la relación con el mundo es fluida y
amable: aunque la persona se muestre precavida y dispuesta a defenderse de
cualquier contratiempo o agresión, no por ello deja de disfrutar relajadamente
de las cosas buenas que se le presenten. Por lo general hay una buena
percepción de las intenciones de los demás y un optimismo moderado. Por el
contrario, cuando este chakra tiene desequilibrios energéticos, lo primero que
se observa es una evaluación equivocada de la amenaza que puedan representar
los demás, tanto para el bienestar físico como para el psicológico. Cuando este
chakra está desequilibrado, también solemos tener ideas y creencias
autorreferentes, donde hay una imposibilidad de ponerse en lugar de los demás,
de sentir empatía y eso hace que no se comprenda y aprecie el sufrimiento
ajeno.
Deidades Asociadas al chakra sacro
Vishnu, es el preservador, el que equilibra
las energías creativas del dios Brahma y las energías destructivas del dios
Shiva. Representa la preservación de la especie humana. Es representado con la
piel azul y una guirnalda de flores del bosque alrededor del cuello.
Rakini, es una diosa asociada a este chakra,
es un aspecto de Sarasvati, la esposa de Brahma. Se la vincula tanto al arte
como a la música.
Fuentes:
Echenique,
J. (s.f.). El Libro de los Chakras. Libsa.
Ellis, R. (s.f.). Reiki y los Siete Chakras.
Edaf.
Mercier, P. (s.f.). La Biblia de los Chakras.
Gaia Ediciones.
Ratan, R., & Ratan, M. (s.f.). Viaje a Través
de los Chakras. Edaf.
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